Despoblamiento de Guadalajara

Antes de hablar de despoblamiento del Municipio de Guadalajara, parece adecuado reflexionar sobre que supone este concepto: primero, éste podría presuponer un incremento demográfico constante (repoblamiento), segundo podría imaginar un equilibrio permanente y tercero, podría implicar estabilidad permanente en los comportamientos sociales. En realidad, sí  observamos el crecimiento demográfico metropolitano, es evidente que no existe despoblamiento la pregunta es:

¿A dónde se ha ido el crecimiento poblacional tal que algunas zonas pierden población? 

En estricto sentido existen viviendas, manzanas y colonias que ya no contienen la cantidad de población que en otro tiempo tuvieron. Es entonces cuando emerge un problema común entre muchas metrópolis denominado “movilidad residencial”, el cual se debe a la natural evolución de su población. Solo en sociedades donde el promedio de edad es muy maduro y se observa en un decrecimiento de la aglomeración por cualquier causa, podemos hablar de despoblamiento.

Fotografía de mujer en bicicleta.

Factores involucrados

El problema del despoblamiento en el caso particular del Municipio de Guadalajara es que durante 20 años se han combinado dos factores:

a) el crecimiento de la población metropolitana ligeramente acelerado y b) cambios acelerados en los comportamientos demográficos: la esperanza de vida se incrementa, el número de miembros que dependen de un jefe de familia se reduce, los jóvenes alargan la edad para formar una familia y las parejas se divorcian con mayor facilidad. Todo esto hace que la dinámica de ocupación de la metrópoli ya no responde a patrones tradicionales. c) particularmente el mayor factor es que las parejas jóvenes se retiran a la periferia para formar familia. Sin embargo, desde hace una década el despoblamiento ha rebasado la frontera del municipio central y  hoy seguimos viendo como este fenómeno se reproduce a lo largo de sus municipios aledaños.

El problema

Decimos que es un problema porque básicamente representa un desperdicio de la economía urbana instalada (vivienda, infraestructura y equipamiento) de las zonas centrales, y porque enviamos a los niños a zonas periféricas a crecer entre el déficit de equipamiento y altos costos urbanos.

Lo que el gobierno y la sociedad han venido haciendo para resolver este problema ha sido en el corto plazo insuficiente, y si proyectamos al largo plazo seguirá por algunas décadas siendo insuficiente. En este sentido se está condenado a las generaciones jóvenes y a las próximas nuevas generaciones a vivir una deficiente calidad de vida urbana. Debido a nuestra incapacidad de reaccionar frente a los cambios demográficos y al mismo tiempo por permitir un laxo desarrollo urbano.

En el caso Europeo, se distingue entre despoblación y despoblamiento, el primero significa una pérdida natural de la población debido a que la cantidad de nacimientos es menor que el número de defunciones. Por su parte el despoblamiento es cuando integrando a la ecuación anterior el saldo migratorio, esta presenta una pérdida. Ahora bien, una despoblación alta es superior a -4 por mil, una despoblación media se considera entre -1 a -4 por mil, y una despoblación baja es aquella que va entre 0 y -0.9 por mil.

Dumont (2018).

Mapa de movilidad residencial de la ZMG

En el siguiente mapa, si observamos con detenimiento el color rojo podemos rápidamente sintetizar el tamaño de la pérdida de población y vivienda en la ZMG, es claro cómo ha rebasado la frontera del municipio central y como incluso se instala en zonas periféricas.

Saldo residual de crecimiento de población y vivienda por manzana entre 2020 y 2010.

Elaboración de Voces con base en INEGI, Censos de Población y Vivienda 2010 y 2020.

Si bien los problemas mencionados son una tendencia en curso, debemos agregar un nuevo elemento de contexto que incide en el comportamiento de la ubicación, y es la economía flexible. Es decir, es probable que la movilidad residencial pueda ser impulsada por la celeridad de las relaciones en el mercado laboral, los jóvenes y las empresas impulsan ciclos más cortos de intercambio laboral, esto nos obliga a reflexionar sobre nuevas condiciones para un alojamiento flexible. Esto lo explicaremos en otra entrega.

Finalmente, de esta pequeña reflexión surge la siguiente pregunta:

¿Qué tipo de medidas son necesarias para revertir la subutilización?

Dumont, G, F., (2019). Les villes francaises des dynamiques a l’americaine? Population et avenir, No. 743